Bancho Sarayashiki, La leyenda de la casa de los platos.

Esta leyenda es quiza una de las más famosas de Japón, la historia se ha modificado con el tiempo y existen muchas versiones, aquí te presentamos una: En 1655, en el periodo Edo, había una sirvienta de una casa importante de nombre Okiku que se había enamorado de su señor, un Samurái bajo servicio del Shogun llamado Tessan Aoyama. Un día descubrió que varios sirvientes de la misma casa planeaban asesinar a su señor y le informó inmediatamente, gracias a lo cual Aoyama pudo salvarse. Como venganza por arruinar su plan, los sirvientes rompieron uno de los diez platos favoritos de su señor y culparon a Okiku, asegurando que lo había tirado mientras los lavaba.

Los platos eran tesoros familiares de Aoyama, quien se enfureció tanto que la mató en ese momento, después mandó a sus sirvientes a que escondieran su cadáver en el pozo del castillo Himeji. Así lo hicieron pero en los días posteriores, el espíritu de Okiku salía del pozo y caminaba sollozando hasta la residencia de Aoyama, una vez que llegaba a la cocina contaba hasta nueve y antes de llegar a diez rompía en horribles gritos. La situación se tornó insoportable para los habitantes de la casa y el mismo Aoyama se vio obligado a cometer Seppuku. Poco después su residencia fue abandonada y quedó en ruinas, cumpliéndose la venganza de Okiku aunque hay quien afirma que en las noches sin luna todavía se escucha en Himeji la voz de Okiku saliendo del pozo, contando hasta nueve tras lo cual llora desconsoladamente.